En esta historia de una hermosa muchacha hija de terratenientes, que murió asesinada a los treinta años en una revuelta campesina, pero que se obstina en sobrevivir, se alimenta de sangre, quiere comunicarse a toda costa con los seres vivos, y pretende seguir siendo deseada y amada, para lo cual corrompe a su sobrina de diez años, Eliade logra crear un clima fantástico –hecho a partes iguales de abyección, horror y sensualidad, raramente alcanzado en literatura, que hace tal vez de La señorita Cristina «la más hermosa historia de fantasmas jamás contada».
Mucho más conocido entre nosotros por su labor de ensayista e historiador de las religiones, Eliade es también, sin embargo, un narrador extraordinario. La señorita Cristina, en su época tachada de perversidad sexual, supuso una gran polémica que mantuvo a Eliade apartado de su labor docente durante siete meses.
«He repasado, para una nueva edición, La señorita Cristina. Estoy sorprendido de su valor. Este libro que no hojeaba desde 1936 me parecía fallido, sugestionado también yo por el coro de críticas, algunas de amigos míos, que lo consideraban un libro perverso, erótico y artificial. Hoy caigo en cuenta de que me había equivocado y estoy seguro de que dentro de veinte o cincuenta años será descubierto y valorado en su justa medida.»
Mircea Eliade