Ruth, Esther y Noemí Pintor viven en una ruinosa propiedad campestre, con el único sostén de un viejo criado, Efix. Efix es un ser extraño y arcaico, que vive en sintonía con las voces de la naturaleza y habla con los muertos y con los santos del cielo.
Un día, reciben la visita de Giacinto, hijo de Lía, la hermana pequeña que huyó de la casa paterna muy joven y murió en el continente.
Efix guarda un secreto y una culpa: para favorecer la fuga de Lía, provocó involuntariamente la muerte del padre de las cuatro hermanas.
Se desata un infierno que amenaza a con dejarlas a ellas en la calle y a Giacinto en la cárcel.
¿Acaso son marionetas en las manos de Efix?