La gente solía decirle: «Qué valiente fuiste, seguir trabajando, escribiendo, en la prisión, tras una derrota como aquélla para el Movimiento, tras la muerte de tu compañero...». Malditos imbéciles. ¿Y qué otra cosa se podía hacer? Valentía, coraje..., ¿qué era el coraje? Nunca había conseguido explicárselo. No tener miedo, decían algunos. Tener miedo y aun así continuar, decían otros. Aunque ¿qué podía una hacer sino continuar? ¿Existe una elección verdadera alguna vez?