Aviso al lector
Las posiciones estelares y planetarias que aparecen en este libro han sido determinadas astronómicamente. Es decir, que tenemos en cuenta el fenómeno celeste conocido como precesión, movimiento por el cual el equinoccio vernal, equivalente astrológico del meridiano de Greenwich, se ha desplazado. En otros tiempos, el equinoccio vernal (otoñal en latitudes meridionales) ocurría mientras el Sol se hallaba en la constelación de Aries, el primer signo. Ahora ocurre mientras el Sol está en Piscis, el duodécimo. En consecuencia, y como advertirán los lectores de este libro, cada signo del Zodiaco «ocurre» aproximadamente un mes después de lo que cree el saber popular. Con esta corrección no pretendemos faltarle al respeto al saber popular; sí queremos observar, no obstante, que el antedicho error pasa por alto el dato material de nuestro firmamento decimonónico, y nos atrevemos a conjeturar, asimismo, que la naturaleza de esta convicción podría considerarse pisciana: emblemática, en efecto, de los nacidos en la Era de Piscis, una era de espejos, tenacidad, instinto, relaciones gemelares y cosas ocultas. Esta idea nos satisface. Nos reafirma en nuestra fe en la vasta y sabia influencia del cielo infinito