–¿Sería posible que no habláramos del príncipe?
–Pues no creo que sea posible. A fin de cuentas, estás trabajando en su androide. Imagínate todo lo que sabe, todas las cosas que ha visto y... –la voz de Iko sonó balbuceante–. ¿C-crees que lo haya visto desnudo?