Este misterioso volumen ha permanecido inédito desde los años de exilio de Elena Fortún, época en la que debió rematarlo, hasta nuestros días. Su prosa está claramente influida por la misma conciencia sáfica que se aprecia en la novela autobiográfica Oculto sendero y por el mundo femenino del que formó parte tanto en Madrid como en Buenos Aires, reflejado en la galería de mujeres que pueblan estas páginas. Son un grupo de jovencitas vestidas con bonaerenses uniformes de piqué blanco, empeñadas en escribir colectivamente un libro, pensionistas en un colegio de peculiares monjas francesas. Transitan de la adolescencia a la vida adulta en un Madrid belle époque en el que surgen y con frecuencia se castigan nuevas formas de entender género, sexo y sexualidad. Esta novela de internado se convierte en novela madrileña que también traslada su argumento a Francia para mostrarnos un curioso baile de máscaras. Y es que este manuscrito inacabado es una fascinante máscara en la que se adivinan tanto los rasgos y las influencias de amigas como Victorina Durán como los trazos de la pluma de Matilde Ras.
Autoría, sexualidad, un pensionado, Madrid, París y unos personajes que nos remiten a las redes y espacios femeninos de nuestra Edad de Plata.