¿Ocurren siempre las mismas cosas y las vivimos de la misma manera? ¿Dónde pasan, en la historia, en el tiempo, en los cuerpos? ¿Podemos invocar nuestro siglo como medida de progreso? ¿Mide el tiempo algún progreso de la sombra a la luz? El título de este libro es ya una invitación a leer de un modo ambivalente nuestra relación con un pasado que es en realidad nuestro presente. Como nos recuerda Alba Rico, lo más difícil es comprender “un giro epocal” cuando se está completamente sumergido en la época que se está dejando atrás. Instalados en ella, “no hacemos la historia; repetimos nuestras costumbres o luchamos contra ellas sobre un fondo de inestabilidad permanente”. Este volumen de breves ensayos, en cierto modo continuación del libro Penúltimos días, explora algunas de las ambivalencias y los claroscuros de una época atenazada por diversos procesos de destrucción en curso y que posee todos los síntomas de una crisis civilizatoria que amenaza con romper todos los relojes. Frente a las utopías revolucionarias y las pretensiones de democratizar el capitalismo, el filósofo Santiago Alba Rico afirma una vez más que un proyecto transformador no debe aspirar a la toma de la Bastilla o del Palacio de Invierno, sino “a la trabajosa y delicada labor de desmontaje del ‘Imperio romano’”, donde la primera transformación del mundo que debemos abordar es la de “conservarlo”.