Solo puedo decir que aunque me gusto, no fue porque haya sido una lectura sensacional, sino porque se trata de algo tan diferente y desconcertante que simplemente no hay manera de clasificarlo.
“Hielo” de Anna Kavan es una historia difícil de leer y de interpretar, porque cada lector le dará su muy personal interpretación, ya que se presta a ser muchas cosas y a la vez ninguna.
Para mi fue como un viaje dentro de un sueño onírico, donde lo real se mezcla con lo irreal y la desconexión entre situaciones narradas en primera persona por su protagonista masculino, lo hacen más vívido y da esa sensación de un sueño o pesadilla sin fin.
Hay estudiosos de la obra de Kavan que dicen que es una alegoría sobre el consumo de heroína y la depresión que tuvieron cautiva a Kavan. Para otros es un relato distopico donde las guerras, el cambio climático y la indiferencia llevan al planeta al borde de la extinción por una nueva era glaciar.
Sea como sea, “Hielo” es profunda, compleja y devastadora. Se necesita algo más que poner atención para comprender lo que trato de decirnos su autora, a la que la vida la constreñía como esa pared de hielo que va poco a poco asfixiando al planeta.
Me deja para seguir reflexionando aún más.