Las coordenadas eran muy precisas: la casa del dragón rojo, China. En el tablero, los jugadores estaban definidos: tres hombres con la necesidad de viajar a Pekín por motivos personales y laborales. Uno de ellos tiene por encargo recoger un manuscrito misterioso y peligroso buscado por una sociedad secreta, misma que en años pasados asesinó a miles de personas en menos de una hora. En el destino, desde las penumbras, un sacerdote francés cuida del pergamino esperando con anhelo la llegada de su salvador, hasta que una peripecia interfiere en todo lo planeado. Intrigante de principio a fin, Santiago Gamboa esboza y colorea una novela negra que refleja los sinfines de la ambición y el deseo de los personajes que buscan desesperadamente tener el éxito y el poder en sus manos.