Chelo Gómez es una niña muy lista que estudia cuarto de primaria y ha decidido emular las hazañas de su admirado Sherlock Holmes, el inmortal detective que aclaraba los misterios más oscuros con sólo pasarlos por la trituradora de su mente prodigiosa.
Para ello, cuenta con la ayuda de su hermano Guayo («elemental, mi querido Guayo») y la colaboración de la perrita Llegosola. Los enigmas que resolverá la intrépida investigadora mexicana y sus ayudantes no son menos peliagudos que los de su modelo británico: ¿hay de verdad un fantasma en la mansión embrujada?, ¿quién le robó sus cuadernos a Medardo?…
Mientras los mayores se estrujan el cerebro (inútilmente, por cierto) para resolver ésas y otras incógnitas, Chelo Gómez empieza a brincar «como chapulín descalzo en comal caliente» y las ideas se van prendiendo como focos en su inquieta cabeza. No siempre acierta a la primera, pero los maleantes, si los hay, acaban cayendo en la red de su inteligencia sherlockiana. Cada caso es una aventura llena de sorpresas que los lectores, chicos y grandes, disfrutarán hasta la última letra.