Quienes solíamos ser

Tal vez, sea cierto que no hay finales felices. Pero en este preciso momento, Angie da gracias por estar en lo que parece ser un comienzo

Aún no sabe qué quiere “ser” –ahora se le ocurre que, tal vez, periodista, o profesora, o abogada o documentalista–, pero sabe que no quiere sentirse demasiado insignificante, sabe que quiere hacer la diferencia.

Antes tenía una sensación de que había algo errado, algo realmente terrible a la vuelta de la esquina, pero ahora que puedo ver lo que es, incluso si es peor de lo que imaginé, por lo menos puedo comenzar a intentar resolver cómo me ocupo del asunto

Y no te cambiaría a ti por nada en el universo entero

Ignorar algo no lo hace desaparecer.

Sabe que este lugar está embrujado, que su mamá no solo ve el fantasma de su padre, sino el fantasma de la niña que alguna vez fue.

Recuerda haber creído que el peso de la injusticia, la culpa y el dolor era algo que debía soportar sola.

La culpa le resulta más
pesada de lo que ella
misma pesa.

Quería crear un mundo para ti donde te sintieras segura, donde los horrores de la vida estuvieran lejos. No quería que crecieras con el dolor que sentí yo, la ira. Creí que si yo llevaba todo aquel peso, tú no tendrías que hacerlo.

–Por supuesto, tonta. Eres de la familia.