Con todo, la forma de dárselo a entender, su ocurrencia de poner aquella máscara oscura a su lado sobre la almohada para representar el rostro de su marido, que se le había vuelto enigmático, aquel modo burlesco y casi travieso que parecía expresar a un tiempo una suave advertencia y su buena disposición para perdonar, dijo a Fridolin la firme esperanza de que ella, recordando sin duda su propio sueño... se sentía inclinada, hubiera ocurrido lo que hubiera ocurrido, a no tomárselo demasiado en serio.