«Con tan sólo 32 años había explorado y conquistado casi cuatro millones de kilómetros cuadrados. Su inesperada muerte, como consecuencia de unas repentinas fiebres, a la edad de 32 años, desembocó en la división de su imperio: Antípatros obtuvo Macedonia y Grecia; Persia fue entregada a Seleuco; y Ptolomeo recibió Egipto. La obra resulta muy entretenida, didáctica y de ligera lectura, por lo que la recomiendo a todos los lectores y, muy especialmente, a los jóvenes o adolescentes, que se acercan por primera vez a la lectura, ávidos de historias deslumbrantes y llenas de aventuras.» (Web Literateando)"Hacía tiempo que no me encontraba un libro sobre el gran conquistador tan emocionante como el que he leído. Es soberbio y directo, centrándose sobre todo en la épica del personaje, no omitiendo ninguna de sus genialidades y aplicando una rigurosidad histórica impresionante." (Blog Historia con minúsculas) Capaz de asesinar a un amigo y dar un trato ejemplar a su mayor enemigo, Alejandro Magno, en sus treinta y dos años de vida, conquistó la mayor parte del mundo conocido. La figura de Alejandro Magno es una de las más carismáticas y relevantes de la historia universal por esa mezcla de magnanimidad y crueldad que le caracterizaba y por la grandeza de sus campañas que hicieron que en su breve vida unificara Grecia, conquistara Persia y Egipto y llevara su campaña más allá del río Indo. Educado militarmente por Leónidas el espartano y filosóficamente por Aristóteles, el emperador macedonio era capaz de tener una tolerancia impropia de la época con los habitantes de los terrenos conquistados y de reducir a escombros las ciudades de Tebas o Persépolis; capaz de mostrar bondad con la familia de Darío III y de asesinar a su amigo Clito en una fiesta porque este se resistía a considerar a Alejandro como un dios.