Hay un camino que no se corresponde con la senda que otros ya han andado. No responde al deseo del caminante y está oculto por las ramas, las hojas caídas y las piedras. Es el camino más largo, porque quien lo comienza no sabe dónde concluye. Es el que emprende Julio Espinosa Guerra en De lo inútil cuando, tras abrir una brecha por la que mirar, siente que el camino no está fuera, sino en nuestro interior y que para transitarlo hay que encontrar las palabras precisas y más transparentes.
De lo inútil es un reencuentro con el mundo, a partir de una minúscula certeza: hay una inteligencia que no es racional y que nos permite conocer desde el estremecimiento, desde la emoción. Detrás hay un reaprendizaje de los sentimientos y una renuncia a los códigos del lenguaje poético heredado, que a veces sentimos cercana a la meditación oriental.
Desde una escritura íntima llena de símbolos personales y matices biográficos (en la que se adivinan discretamente las huellas de maestros como Mark Strand, Charles Simic, Omar Lara o Ángel González), Julio Espinosa Guerra se asoma a “lo elevado desde abajo” y nos ofrece, según Dolan Mor, el libro más maduro, más inteligente, más vivencial y más enigmático que ha proyectado hasta ahora.