Maestra

Y si necesitas convertirte en otra persona, la soledad es un buen punto de partida

No era el esnobismo lo que me impulsaba. Sencillamente resultaba un alivio encontrarse en un ambiente donde confesar que te interesaba cualquier cosa aparte de los reality shows no constituía un motivo para que te partieran la cara

lo único que había esperado siempre de la gente de mi propio sexo era hostilidad y desprecio

Si me preguntáis cómo empezó todo, podría decir sinceramente que la primera vez fue un accidente. Eran alrededor de las seis de la tarde, esa hora en que la ciudad vuelve a girar sobre su eje, y aunque las calles se veían azotadas por el viento helado de otro mes de mayo de mierda, el interior de la estación de metro resultaba bochornoso y húmedo: un sórdido panorama de periódicos y envoltorios tirados por el suelo, de turistas irritables con ropa estridente que se apretuja

Salió del camarote, llamando a gritos a Tris.