Rodión Raskólnikov, estudiante en la capital de la Rusia Imperial, San Petersburgo, se ve obligado a dejar sus estudios por la miseria en la que vive, a pesar de los esfuerzos de su madre y su hermana Dunia para enviarle dinero. Su hermana, con la intención de ayudarle, acepta la propuesta de matrimonio de un rico, lo que hace enfadar a su hermano. Pero, aunque no quiera aceptar la ayuda, Rodión tiene aires de grandeza, y en sus delirios cree ser merecedor de un gran futuro. Decide asesinar a una anciana prestamista, para robarle y por considerarla un ser humano inútil para la sociedad. El crimen le deja en un estado de gran confusión, sin rumbo y perdiendo a ratos la noción de la realidad, mientras en otros se muestra extraordinariamente lúcido. Se nos muestra una mente tan brillante como perturbada, obsesionada por el acto cometido.
En una taberna conoce al funcionario Marmeládov, un bebedor que acaba muriendo atropellado; y a su desgraciada familia, a la que ayuda económicamente tras el suceso, con los escasos rublos que recibe de su madre. La hija mayor de esta familia es Sonia una joven que se prostituye para ayudar a su madrastra y hermanos, que será la única persona a la que Raskólnikov confiese su crimen y consiga así renacer.