¿Cómo descubrieron los griegos que la Tierra flota en el espacio? ¿O que sigue habiendo cielo también bajo nuestros pies? ¿Quién llegó a imaginársela así y cómo lo logró? Este esfuerzo por “reinventar el mundo”, aspecto central de la búsqueda científica del conocimiento, no comenzó con la síntesis newtoniana o con las experiencias pioneras de Galileo, ni tampoco con los primeros modelos matemáticos de la astronomía alejandrina. Empezó mucho antes, con lo que conviene llamar la primera gran «revolución científica” de la historia de la humanidad: la revolución de Anaximandro. El hombre que dio ese gran paso es el protagonista de las páginas que siguen: Anaximandro, nacido hace veintiséis siglos en la ciudad griega de Mileto, en la costa occidental de la actual Turquía. Él es el origen de una transformación conceptual radical en la misma de la ciencia tal y como la conocemos.
Auténtica reflexión sobre el pensamiento científico, el presente libro, escrito de manera clara y amena por uno de los grandes físicos teóricos de nuestro tiempo, nos ilustra la profundidad del proceso de repensar nuestra imagen del mundo: una búsqueda del conocimiento basado en la rebelión contra las evidencias.