pone justo en el punto que le gusta y sigue la letra con los labios.
Porque nadie firmó con su sangre
una ley que te quite el derecho
de pasar al frente y mostrar los dientes,
soltando la voz de tu pecho.
¡Y gritar y gritar y gritar!
Y cederle al coraje un lugar.
Y ponerle nombre al miedo,
y arrancarle un rayo al cielo.