Eulogio Florentino Sanz y Sánchez (Arévalo, 1822 – Madrid, 29 de abril de 1881) fue un político, diplomático, traductor, periodista y escritor español del Romanticismo.
Huérfano aún muy niño, fue confiado a la tutela de un pariente duro de condición y que le crio solo y escaso de recursos. En Valladolid, donde estudiaba derecho, se echó una novia, hija de un vidriero, plomero y hojalatero de la Plaza Mayor muy pobre y al que el negocio le iba muy mal.
Durmió algunas noches en los bancos del Prado, como él se vanagloriaba de decir, y vivió muchos años por voluntad propia de la madre Casualidad, que, según el catedrático de bohemia Henri Murger, es “agente de negocios de la Providencia, caballero de la aventura y conquistador de lo imprevisto”. Con su drama Don Francisco de Quevedo estrenado en 1848 conoció el éxito. Hacía de Quevedo el famoso actor Julián Romea. Es un drama donde, curiosamente, la vestimenta posee valor dramático, y ha resultado ser la única pieza sobre un autor del Siglo de Oro que llegó a constituirse en pieza de repertorio en los teatros durante más de cincuenta años.