Soy una niña por ti, Julio. Me dejé crecer el pelo para ti, me perforé las orejas para ti. Vivo y muero para ti. Todos los meses me baja, me muero un poquito y pienso en ti. Tú dices: ¡Estás muerta! Y yo me muero. Me dejo caer en el piso como sea. Y no quiero eso. Ya no quiero morirme nunca más, Julio. Quiero vivir para siempre. Cada minuto de cada hora de cada día.