La escritura poética de Coral Bracho transcurre como la vida misma, teje el hilo del tiempo y ahí mismo, al suceder, se consume. Se hace, se deshace y se rehace como un ciclo natural: por eso su tiempo es también el tempo de un respirar consciente de su milagro vital, de su hilación entre fragmentaciones. La irrepetible personalidad lírica de Coral Bracho nos ofrece, con esta entrega, una muestra más de su poder para crear escenarios de intensa y delicada belleza. Ese espacio, ese jardín es la puntual maduración de una de las trayectorias poéticas más brillantes de la poesía contemporánea en México.