Filosofía del budismo Zen

Buda no «representa» nada. En él no se encarna la substancia eterna en una singularidad individual

nada significa, más bien, que «nada domina»

La nada budista es todo menos una «substancia»

Este escepticismo respecto del lenguaje y la desconfianza, tan característico del budismo Zen, frente al pensamiento conceptual, acarrea una escasez de palabras y un carácter enigmático

La dimensión profunda del deseo de fundirse enteramente con Dios muestra una estructura narcisista.

Quien ha de ser pobre solo en el espíritu, tiene que ser pobre en todo el saber propio,

El «desasimiento» no es más que este ir al «fondo» del alma. Morir significa vivir en la «pobreza», sin ningún saber ni querer tener, o sea, estar ahí sin querer agradarse en el saber y en el poseer:

Toda imagen te «impide» acceder «a un Dios entero». Cuando la imagen entra en el alma, «tiene que retirarse Dios y la divinidad en su integridad»

Dios es nada; está «más allá de todo lo que pueda expresarse».

sentimiento occidental del mundo» que está marcado por «el afán infinito de devenir y de acción». La ejercitación del budismo Zen consiste precisamente en liberarse de aquel «impulso eterno».