Hace unos meses leí una frase que decía: “Somos las nietas de las brujas que quemaron en la hoguera”, y nada como este libro para escenificarlo. Una historia que mezcla tres episodios en el tiempo: la desaparición de una niña en el presente, el asesinato de una niña hace 30 años y una historia de brujas de 1671. Me gustó la historia, a pesar de que era un libro largo lo leí muy rápido porque necesitaba conocer la verdad. Siempre que veo películas desarrolladas en pueblos o ciudades campestres pequeñas me dan ganas de vivir ahí, pero el pensar en historias como este libro donde familias se guardan rencores de generación en generación, dónde los hijos unos conviven con los hijos de alguien que los lastimó en el pasado, creo que mejor prefiero vivir en una ciudad donde es tan grande que nadie sepa de ti. Bien dice el dicho: “pueblo chico, infierno grande”
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