¿Quién iba a decirle a Lorraine que escribir una novela le iba a dar tantos quebraderos de cabeza? ¿Quién iba a decirle a Steven que su vida daría un cambio de ciento ochenta grados por culpa de una escritora a la que no conocía? Después de un mini-secuestro en limusina, de un juicio en el que ella es la denunciada, y de un par de enfrentamientos, Lorraine termina aceptando la propuesta más rara e incómoda de su vida: hacerse pasar por novia del rico heredero a causa de su propia novela. Solo hay tres condiciones: Ni contacto físico, ni reclamaciones y por supuesto no enamorarse el uno del otro.