El pensamiento de C.S. Lewis: Más allá de la sensatez

hoy los hombres no sólo rechazan la ley de Cristo, sino también la ley natural reconocida por los paganos

Por una parte la lección para la naturaleza humana: si como fruto de los problemas ecológicos realmente hemos aprendido que la naturaleza sólo subsiste cuando hay cuidado, reglas, respeto, conservación, entonces estamos obligados a reconocer que lo mismo vale precisamente para la forma superior de la naturaleza, la naturaleza humana.

Las crisis ecológicas han nacido precisamente de la mano de la ilusión de que el hombre y la naturaleza son dos realidades totalmente distintas.

Ciertamente somos espíritu, pero nada de puro: realizamos actividades vegetales como alimentarnos, y una serie de actividades animales. No de cualquier manera, sino que humanizamos también esas actividades —por ejemplo, con el arte culinario humanizamos la actividad vegetal de nutrirnos——; y lo que eso quiere decir es muy simple: que nuestra vida espiritual y corporal están totalmente entretejidas. Somos, pues, naturaleza

Ya nos hemos enseñoreado de la naturaleza, el hombre ha triunfado sobre ella: ¿por qué no dar el último paso en este enseñoramiento, y dominar también científicamente nuestro propio comportamiento, nuestra propia naturaleza, abandonando toda la moral como un conjunto de prejuicios irracionales, tal como fueron abandonadas las demás trabas que la ciencia ha dejado en el camino?

«Todo el que no deja que se ablande su corazón tendrá que sufrir que se le reblandezca el cerebro»