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Ryoko Sekiguchi

Nagori

  • Valeria Pallaresцитирует17 дней назад
    En Bogotá, la capital de Colombia, la temperatura no parece sufrir cambios: oscila de media entre los dieciocho y los veintiún grados a lo largo de todo el año, con nieblas dos de cada tres días.
  • Valeria Pallaresцитирует17 дней назад
    hora y media de tren el clima puede cambiar, y se sorprenden cuando les servimos un plato de verduras que ellos ya consideran fuera de temporada.
  • Valeria Pallaresцитирует17 дней назад
    Pero los clientes kiotenses olvidan que a una hora y media de tren el clima puede cambiar, y se sorprenden cuando les servimos un plato de verduras que ellos ya consideran fuera de temporada.
  • Noé ✨🐞цитирует5 месяцев назад
    tendemos a olvidar que no sucede lo mismo en todas partes.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Nos olvidamos enseguida de que nuestros antepasados sólo podían vivir en la estación presente. Como si, ahora que es posible jugar con la propia vida, esa posibilidad misma la hubiera vuelto banal.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Nagori destaca entre los términos de la temporalidad. Por un lado, al estar a caballo entre dos estaciones, altera la representación estática que nos hacemos de su división. Por otro lado, nos da una idea del carácter eminentemente frágil y valioso de esa transición de una temporada a la siguiente y nos permite prolongar el momento de la despedida de la estación que concluye
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Nagori destaca entre los términos de la temporalidad. Por un lado, al estar a caballo entre dos estaciones, altera la representación estática que nos hacemos de su división. Por otro lado, nos da una idea del carácter eminentemente frágil y valioso de esa transición de una temporada a la siguiente y nos permite prolongar el momento de la despedida de la estación que concluye
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Nagori es un poco la saudade japonesa, con la diferencia de que las emociones que suscita son bien distintas. Implica una suerte de resignación, la idea de un destino que no se puede modificar. Dejamos una parte de nosotros mismos en la cosa, en el mundo, en la belleza y en el corazón del ser amado. El corazón que experimenta el nagori es generoso, por no decir animoso: no teme entregarse a esas pequeñas cosas insignificantes, no necesariamente dramáticas pero sí frágiles y delicadas, que componen nuestra vida.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Nuestras emociones no se mueven con tanta facilidad. Por vivas y reactivas que sean, son mucho más lentas que nuestro cuerpo a la hora de desprenderse de una persona o de un lugar. Siempre nos acompañan, unos pasos por detrás de nosotros
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    La etimología de la palabra se remonta a nami-nokori, «vestigio de las olas», que designa el rastro que deja el oleaje después de retirarse de la playa.
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