Creo firmemente que la respuesta al “ser o no ser” de Hamlet está relacionada en una estrecha dependencia con decidir o no decidir. Uno es o no es en la medida que decida o no decida.
Decidir es trascendental, desde el mínimo acto al despertarse por las mañanas, hasta las grandes decisiones que cambian el rumbo de la vida de un individuo, y a veces de la misma humanidad.
En estas páginas trato de explicar lo que origina, modifica o impide nuestra forma de decidir: necesidad de aprobación, una mirada al niño interior, vínculos, conflictos, amor, rencor, perdón, fobias, pánicos, el valor de uno mismo…
Alguien dijo alguna vez que “somos lo que pensamos”, pero yo me animaría a disentir: pues creo que en verdad “somos lo que decidimos”. Uno puede pensar lo que desee, pero lo que importa es lo que hace, y lo que hacemos está relacionado directamente con nuestras decisiones. Lo demás es solo pensamientos, deseos, fantasías, proyectos.
Te invito a que decidas, a ponerte en marcha.