El último de los cuentos que escribió Tolkien, apareció por vez primera en 1967, y es de algún modo la historia de una emoción terminal, la de quien en vida ha visitado a menudo tierras misteriosas y descubre ahora la proximidad de la muerte. La conjunción benéfica del mundo de la fantasía y el mundo de los hombres se consigue y se pierde en una transmisión de poderes.