¿De dónde surge la idea tantas veces repetida de que Shakespeare, hoy en día, escribiría para el cine o la televisión? Tal vez de la intuición colectiva, que este libro constata, de que en buena parte de la ficción audiovisual contemporánea persiste la impronta de un coautor no acreditado, invisible, la influencia del cual serpentea entre muchos procedimientos dramáticos que siguen siendo irrenunciables. Los inicios in medias res, la coralidad de personajes y situaciones, la síntesis de tragedia y comedia, la dramatización de la naturaleza, los diálogos adversativos o el paroxismo de la violencia son recursos que el teatro de Shakespeare llevó a un grado exquisito de maleabilidad. La ficción contemporánea los sigue adoptando y remodelando de una manera particularmente insistente, tal vez porque en estos momentos se ha hecho más visible que nunca una profética intuición del autor de Como gustéis: que el mundo camina hacia su constante autorrepresentación. De ahí la extrema modernidad del dramaturgo. Y también que Jordi Balló y Xavier Pérez –tras libros ya clásicos sobre el funcionamiento de la ficción audiovisual: de La semilla inmortal a Yo ya he estado aquí— se hayan fijado en él para su última obra. Los autores construyen un fluido relato de las relaciones del corpus shakespeariano con los universos narrativos de la contemporaneidad. De Juego de tronos a El caballo de Turín, de Funny Games a Breaking Bad, de El amigo de mi amiga a The Big Bang Theory, entre otros muchos ejemplos, Balló y Pérez identifican nexos, desgranan incidencias y saltan con absoluta elegancia por encima de tiempos y épocas, con el fin de mostrar un entramado de relaciones significativas. Pues aquello que revela El mundo, un escenario es una cosmovisión que va más allá de un solo autor para expandirse en muchas otras direcciones, a través de las formas dramáticas que aún perduran. ¿O acaso el antecedente directo de muchas metaficciones de Hitchcock, Godard, Almodóvar o Aaron Sorkin no se encontraría en la playscene de Hamlet? Éste es el objetivo del presente libro, que se lee como una novela: identificarnos como actores y a la vez espectadores de un relato sin fin.