Enamoramientos truncos, arborescentes, amistades extrañas, consuetudinarias, transitorias. Vínculos débiles, vínculos sólidos, que se desarrollan en planos del espacio y el tiempo que por momentos parecen monótonos y, por otros, se escapan de la linealidad. Reuniones, de cosas y eventos, de pulsiones y objetos. Tramas de vidas propias y ajenas, reales e imposibles, que se trenzan con una música suave e hipnótica. ¿Y qué otra cosa debería ser la escritura más que un tejido que avance como lo más natural del mundo y en el momento menos esperado te haga vibrar? La escritura de Rosario Bléfari es, como su imaginación, al mismo tiempo enigmática y sencilla, y por eso tiene la capacidad de acercarnos al corazón de los acontecimientos, ese lugar al que solo los verdaderos artistas pueden llegar. (Cecilia Pavón)