La extraordinaria habilidad dramática que Luisa Josefina Hernández muestra en sus obras de teatro, adquiere en la novela una dimensión distinta: «Cuando escribo novela soy libre en el tiempo y en el espacio –dijo alguna vez la autora–. Nada de productores, directores, actores… nada. Solo el texto y yo». Es así como en El lugar donde crece la hierba, novela que la Universidad Veracruzana publicó por primera vez en 1956, la protagonista ahonda en los matices más sutiles de su conflicto. Acusada de robo, vive confinada en la casa de un extraño, lo que da pie a una reflexión profunda y muy íntima que la protagonista pone por escrito en un cuaderno dirigido a un destinatario concreto: su primer amor, y con este ejercicio confesional da cuenta de su vulnerabilidad ante los hombres que aparentan protegerla, pero que de modo inexorable la van anulando hasta cerrar sobre ella los muros de una prisión de la que solo podrá escapar por medio de las palabras.