Desde la perspectiva antropológica, Bernard Arcand aborda el vasto continente de la pornografía con la esperanza de hallar el grado cero del fenómeno que permita comprender por qué existe en este momento preciso de la historia y cuáles son sus consecuencias profundas. Para ello, el autor recurre a una documentación impresionante y apunta tanto a describir correctamente el fenómeno mismo como a discutir las distintas interpretaciones que se han propuesto. Su obra constituye una especie de suma que ofrece al lector un conocimiento amplio y matizado de este hecho a la vez familiar y desconocido que es la pornografía. Su preocupación central apunta a mostrar cómo se nos parece la pornografía, es decir hasta qué punto en realidad no es más que el espejo de lo que ha llegado a ser nuestra modernidad. Pero también muestra que la pornografía actual alude a algunas cuestiones elementales y muy antiguas como el papel social del pudor, el lugar de la masturbación como práctica sexual y el mito de la eterna juventud. La obra es, en resumen, ambiciosa, pero su objetivo simple: llevarnos a reflexionar de un modo nuevo sobre la pornografía.