Lo que más me sorprendió fue que el autor es un hombre pues en aquella época (y lamentablemente algunos todavía en el presente) los autores retrataban a las mujeres como un estereotipo y nada más, en este caso Nora no solamente tiene personalidad sino también opiniones y acciones que retan y cuestionan.
Demasiado dramático y triste de principio a fin...
Qué gran obra, un drama intenso, capaz de producir en el lector la misma angustia que padece la protagonista, encima un giro brillante. Gran crítica social a los matrimonios de esa época y, aún a la rancia moral que no termina de desaparecer.
Me hubiese gustado presenciar las primeras reacciones del público.
Y pensar que fue contemporánea de Madame Bovary y Ana Karenina. Uf.