Sonia, una chica judía poco agraciada, confiere a los personajes de ficción la misma categoría que a las personas. En Sverdlovsk, donde trabaja en una biblioteca, conoce al pintor Víktorovich, que ha viajado mucho por Europa y cumplido varios años de reclusión en un campo de trabajo soviético. Siguen años de felicidad conyugal coronada con el nacimiento de la hija de ambos, Tania. El interés de Sóniechka hacia la literatura se desvanece; la familia, las labores de la casa, ocupan ahora su vida. Esa felicidad se verá truncada con la aparición de una amiga de Tania, Yasia, de la que Víktorovich quedará prendado. Sóniechka, movida por sus instintos maternales, ofrece a Yasia, huérfana, que se instale en su casa, sin sospechar que se convertirá en el último amor de Robert Víktorovich… Un amor que a ratos será un sorprendente triángulo amoroso. Sóniechka es una narración sutil sobre el destino de una mujer corriente, a través del cual leemos la historia de la Rusia del siglo pasado: el régimen soviético y su desmoronamiento. Una novela que en Francia obtuvo el Premio Médicis.