Compuestos inicialmente para sus hijos, este conjunto de ocho cuentos ambientados en la selva misionera refleja la pasión de Quiroga por la naturaleza. A la vez, combina la realidad y la fantasía con situaciones emocionantes, y a veces peligrosas, con grandes dosis de humor. Se ha convertido en un clásico de la literatura juvenil en Argentina y el resto de América Latina.