Don y Mimi Galvin encarnan como nadie el espíritu ingenuo y entusiasta de los Estados Unidos de su época. Jóvenes y llenos de sueños y ambiciones, el futuro es para ellos un horizonte abierto. Los hijos no tardan en llegar: en 1945 nace Donald, el primero de los doce que tendrá la pareja a lo largo de dos décadas. Atléticos, inteligentes, talentosos, atractivos y felizmente instalados en la idílica casa de Hidden Valley Road, los Galvin se dirían la perfecta familia americana. Hasta que un día, tras una serie de extraños comportamientos, diagnostican esquizofrenia a Donald. En los años sucesivos, nada menos que otros cinco de los chicos de Hidden Valley Road desarrollarán la enfermedad, y la amenaza siempre penderá sobre la cabeza del resto. Pese a que su singular caso llegará a llamar la atención del Instituto Nacional de Salud Mental, Mimi se pasará media vida tratando de mantener la impoluta fachada de familia modélica e intachable, mientras de puertas adentro la desdicha y el horror no hacen sino acrecentarse: crisis nerviosas, episodios de violencia descontrolada, secretos abominables…
Los chicos de Hidden Valley Road es una portentosa crónica con un pulso narrativo tan sólido y adictivo que se lee como una novela: una saga familiar llena de amor, sufrimiento y esperanza que se desarrolla en paralelo no solo a los grandes episodios de la historia estadounidense del siglo xx, sino también a los avances en la visión, comprensión y tratamiento de la esquizofrenia. El libro de Kolker es una lectura apasionante que nos habla de la tragedia de una familia devorada por la esquizofrenia en una época en la que nadie sabía demasiado bien qué era: ni los doctores, ni los investigadores, ni mucho menos los Galvin.