Jenni es una mujer razonable. Sabe diferenciar el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto. Christoffer es su hermanastro. De repente, ella empieza a verlo de un modo diferente. No solo a verlo, empieza a desearlo. Jenni intenta suprimir sus impulsos eróticos. Desear a un hermanastro es una idea absolutamente inaceptable.
Pero esos nuevos sentimientos se niegan a desaparecer, así que ella decide darles rienda suelta.