–Pero vivir sin corazón significa que no puedes sentir nada en absoluto –replicó el Leñador de Hojalata–. Quizás te evite el sufrimiento, la soledad, la miseria, el anhelo o el miedo… Pero no disfrutas, no ríes, no te entusiasmas ni amas. Y quien no puede amar es solo un objeto.