Los apuntes de malte Laurids Brigge

El final es como una ascensión oscura hacia un cielo inacabado.

y un buen día amanece la otra, la real, la despierta, la que es frágil hasta romperse en mil pedazos y que nunca es objeto de sueños

Y así nadie más se adentró en la maleza de aquel espíritu, nadie lo ayudó a escapar de los abismos de su alma; nadie comprendía ya cuando él salía de repente de sí mismo con la mirada redonda de un animal que se dirige a los pastos.

No, no; es imposible imaginarse nada en este mundo, ni siquiera la cosa más pequeña. Todo se compone de tantos detalles individuales que es imposible preverlos. Al imaginar algo, los pasamos por alto y, de tan deprisa como vamos, no nos damos cuenta de que no están. Pero los hechos reales son lentos y tremendamente circunstanciados.

«Erramos por aquí como fantasmas»

Sabemos tan poco de estas cosas.

y yo tenía la impresión de que, debajo de sus ojos, las páginas se iban llenando cada vez más, como si añadiera mentalmente en ellas algunas palabras, palabras que ella necesitaba y que no encontraba en la página

Como si cayera una estrella fugaz y nadie la viera ni pidiera un deseo. No olvides nunca pedir un deseo, Malte. Deseos hay que tener siempre. Creo que no se cumplen, pero existen deseos que duran mucho tiempo, toda la vida, de modo que no cabría esperar a que se cumplieran

Soy un principiante en mis propias condiciones de vida.

Baudelaire y de su poema Una carroña