Es mentira, como nos han contado, que estuvo cien años durmiendo. A causa de una “maldición mal curada” por su hada madrina, en realidad Bella Durmiente debió pasarse un siglo durmiendo y despertando, durmiendo y despertando, durmiendo y despertando… sin poder salir de su torre. Y su único pasatiempo, cada vez que despierta de sus siestas, es escribir en su diario privado. Poco a poco fue anotando lo triste que es estar sola en un castillo encantado y sus opiniones respecto de otras princesas y de los famosos príncipes azules. También describe sus sueños de ser escritora y relata cómo ayudó a Cenicienta a llegar al baile en el palacio. Junto a ella, además, descubrirás lo que en verdad sucedió el día en que una malvada hada la condenó a ser una bella durmiente; aunque en realidad, debería ser una bella durmiente y despertante, durmiente y despertante, durmiente y despertante…