Cuando vivíamos en cavernas, arrebujados con capas de piel de mamut, nuestras mentes prehistóricas se centraban en encontrar pareja, pertenecer a una comunidad y «encajar». Perder la protección de nuestra tribu nos colocaba en una situación de vida o muerte. En la actualidad quizá tengamos ropa más mona y vivamos en casas más bonitas, pero nos regimos por las mismas preocupaciones