También es necesario tener en cuenta un segundo giro en la perspectiva epistémica, uno igualmente crucial, que dirige nuestra atención hacia otra morada oculta. La mejor expresión de este otro giro está plasmada en el trabajo de pensadores ecosocialistas que escriben otro relato subyacente, que tiene como eje la canibalización de la naturaleza a manos del capital. Ese relato versa sobre la anexión de la naturaleza por parte del capital, lo que Rosa Luxemburgo denominó su Landnahme, tanto como fuente de “insumos” para la producción como de “sumidero” para absorber los desechos de la actividad productiva. En este proceso, la naturaleza se convierte en un recurso del capital cuyo valor se presupone y se niega. La contabilidad la trata como si no tuviera costo alguno y el capital se apropia de ella gratis o a muy bajo precio, sin repararla ni reponerla, pues su punto de partida consiste en el supuesto tácito de que la naturaleza es capaz de autorrestaurarse al infinito.