hermenéutica será, así, en Ricœur, no el nombre de una filosofía «directa» de la realidad humana, sino el nombre de una escucha racional y reflexiva de las narraciones y los planteamientos que reconocen sentido y orientación en el esfuerzo humano por existir. El hombre es un ser que «puede» interpretar su mundo y puede interpretarse a sí mismo