Para ilustrarlo, consideremos lo que ha ocurrido en el campo de la inteligencia artificial. En la década de 1960 se hicieron rápidos progresos en programas que tenían que ver con el conocimiento basado en los hechos, como por ejemplo «un caballo es una clase de mamífero». Pero entonces el avance se frenó hasta casi detenerse. Resultó mucho más difícil resolver problemas «sencillos», como caminar por una acera sin caerse del bordillo, recordar dónde está la cafetería, mantener en equilibrio un cuerpo alto sobre dos pies diminutos, reconocer a un amigo o entender un chiste. Las cosas que hacemos de manera rápida, eficient