Amélie, la autora de novelas cortas que no deja indiferente a nadie.
Me encanta la idea de tomar una historia tan conocida para católicos, cristianos y de otras religiones pero visto desde una perspectiva más "terrenal" o "mortal" por así decirlo. Sabes de qué va el asunto pero aún así te intriga la forma en la que será narrado. Aquí aplica una frase que le queda como anillo al dedo "Todas las historias ya están creadas, lo importante es saber de qué manera van a ser contadas".
No se va a rodeos. Habla de hechos o momentos cruciales en los que Jesucristo fue una figura controversial de su época. También indaga un poco en su percepción acerca de José, María, María Magdalena, Judas o el mismísimo Dios.
Considero que es un libro ideal para creyentes y no creyentes (me incluyo en el último grupo) puesto que es conciso, maneja un vocabulario simple pero gratificante. Para nada creo que sea ofensivo o "blasfemo" al crear un imaginario sobre la mentalidad de Jesús con una mirada más realista, irónica y cercana.
Un Jesús humano habitando el cuerpo. Me gustaron las alegorías justas para describir las sensaciones humanas.
Soy muy fan de Amélie, sin embargo, este libro no me gustó. Creo que lo mío es su autoficción.
Está interesante, pero de ninguna manera logré emocionarme con la historia. Aún así, como siempre que se lee a la Nothomb, hay frases memorables.