A pesar de la amplia presencia y actividad de las trabajadoras sociales en centros de servicios sociales, en los centros de día para mayores o personas con discapacidad, en los hospitales, consultorios, en centros de enseñanza, en los tribunales y en las calles, etc., se trata de una profesión poco conocida o, dicho de otra manera, poco visible. Suele asociarse erróneamente al asistencialismo y la caridad como suele ignorarse la cualificación y experiencia de estas profesionales para tratar con aquellas personas que viven en condiciones opresivas. Porque esa es la tarea principal de las trabajadoras sociales: combatir la opresión allí donde incluso es difícil reconocerla. La de la pobreza, la falta de oportunidades, o la del machismo y el racismo. Su trabajo desde hace décadas sirve para luchar contra la desigualdad y exclusión crecientes y fomentar la cohesión social; su contribución en la elaboración de leyes que preserven, consoliden o amplíen el estado del bienestar ha sido irrenunciable no solo en relación con sus tres pilares, la educación, la sanidad y las pensiones, sino también en ese cuarto pilar del bienestar que son los cuidados y cuyo peso ha recaído tradicionalmente en las familias, pero que hoy precisa su consolidación a través de los servicios sociales. El presente libro ofrece una descripción detallada y una reflexión abierta sobre la profesión y su importancia en nuestras sociedades para evitar y mitigar sus formas de desigualdad y exclusión social.