Esta novela la escribí para aquellos niños, niñas y adolescentes que juegan con su imaginación, que confían en la tecnología como una manera de transformar el estado actual de las cosas en otro más cercano al deseado y que les fascina lo nuevo, sin importar si ello proviene desde la geografía, biología, economía o de cualquier otra división arbitraria del conocimiento humano. Deseo que una vez que hayan acompañado a la joven protagonista de este relato en su impetuosa excursión, con audacia y convicción hagan de Chile el país que ahora sólo existe en nuestros más placenteros sueños.