Poirot se siente frustrado porque lleva varios meses sin resolver casos importantes, pero de una manera curiosa, una hermosa mujer se presenta y le pide ayuda. Necesita recuperar una carta que escribió durante su juventud y alguien está utilizando para chantajearla. Su próximo matrimonio peligra. Poirot se apiada de ella y termina desatando un mecanismo de relojería que lo colocará por primera vez del otro lado de la ley.