Un joven médico regresa a su Lagos natal tras vivir quince años en Nueva York. La Nigeria de su infancia ya no existe; en su lugar encuentra una ciudad ganada por el consumismo, el desdén y la globalización. El espíritu del siglo XXI impregna el globo entero y de Manhattan a Lagos el mundo es una máquina bien engrasada, siempre y cuando se disponga de dinero para pagar, ya sea el soborno del funcionario de la administración estadounidense que expide un visado, o el extra que el empleado de la gasolinera nigeriana se cobra por rellenar el depósito. «Cada día es del ladrón» es una fábula sobre la corrupción moral y política, un relato conmovedor sobre el significado de volver al hogar.
“Teju Cole es un representante clave de la gran nueva narrativa”.
Enrique Vila-Matas, «El País»
«El hallazgo del detalle significativo hace de Cole uno de los escritores más inmediatamente reconocibles de la literatura estadounidense contemporánea».
Patricio Pron, “El Boomeran(g)"
«Cole pinta y colorea una fábula sobre la corrupción moral y política en Nigeria».
Antonio Bordón, “La Provincia”
“El retrato que ofrece es tan emocional que resulta imposible permanecer impasible”.
Eric Gras, «El Periódico Mediterráneo»
«La cuestión identitaria vuelve a ser fundamental: el narrador certifica una y otra vez que la frustración estructura el retorno imposible a Nigeria».
Jordi Nopca, “Ara”
«Un retrato de Nigeria divertido, mordaz y triste a la vez, donde el narrador pasa de la inicial e inevitable ira que provoca la situación lamentable del país a un amor tan profundo como desencantado. Teju Cole es uno de los escritores más brillantes de su generación».
Salman Rushdie