Tal vez lo óptimo sería preguntarse qué busca el lector cuando se acerca a un libro de poesía. Y la respuesta está implícita en la pregunta. El lector se busca a sí mismo, busca su identificación, o mejor, el reconocimiento de ese yo recóndito que nos habita y al que todos debemos lo que sentimos, lo que soñamos;ese pájaro que revolotea por nuestros despertares, el pájaro del sueño que nos recuerda, incesante, quiénes somos.